María de Magdala

Siempre el enemigo ha tratado de desvirtuar la persona de nuestro Señor Jesucristo con infinidad de mentiras, unas de las que últimamente he leído y visto propagarse es acerca de la relación que existió entre nuestro Señor y María Magdalena, la cual “dicen los profanos” fue más allá de la de el Salvador con su hija redimida.

Bueno pues parafraseando al apóstol Lucas “me ha parecido bien a mi después de haber leído he investigado diligentemente todas las cosas desde su origen” disertar acerca de lo que las escrituras dicen y no presumir, dudosamente, sino creer fielmente en la infalibilidad de las Sagradas Escrituras. Como se haría largo un estudio completo de este tema y siendo que esta solo es una nota, resaltaré el hecho de la entrega y dedicación de María a su Libertador.

El Profeta de Dios dijo: Jesús echó fuera siete de esos espíritus de María Magdalena. Orgullo, jactancia (gente importante, ¿ve Ud.?), inmundicia, depravación, vulgaridad, emulación, contienda.

Sin duda pienso que cualquier ser humano poseído de tal jauría de demonios al ser libertado y siendo simiente predestinada, tendría una directa y clara visión de la Palabra para saber, creer y rendirse entregando sin reserva su corazón a quien realizó tan extraordinaria obra de gracia y amor.

Veo en María Magdalena un tipo hermoso y claro de la Novia cuya expectativa esta en Dios y su Palabra pues sabe que de El proviene todo aquello que necesita para alcanzar el galardón eterno.

María Magdalena llegó a donde le habían sepultado muy temprano en la mañana (Juan 20), cuando todavía estaba oscuro, ella estaba bajo gran expectativa, yo veo al redentor develando su gran obra a su elegida.

Sin duda la Palabra es maravillosamente explicita cuando dice “que a quien más se le perdona es quien más ama”, y se entiende la desesperada intensión del enemigo en oscurecer la verdad indestructible de la Palabra.